lunes, 7 de marzo de 2016

El septimo sabor: el industrial

Este último mes hemos cambiado el pan en el Bar. Algo tan sencillo se ha convertido en algo complejo. Antes teniamos un pan industrial congelado de una de las principales marcas que se utilizan en hostelería. Un mollete, que sacabamos al cliente calentito y crujiente. A la gente le gustaba, no era un problema. Un dia nos vino la oportunidad de cambiar el pan por uno de panadero local, artesano, que utiliza una variedad de trigo autoctono, en proceso de recuperación, que lleva siglos en la zona. Era genial!!!! Por supuesto que aceptamos!!!
Para nuestra sorpresa, esta decision nos ha traido quejas, o simplemente no se comen el pan, o no hay comentarios sobre el pan. Lo que pensabamos que era un salto cualitativo en los ingredientes utilizados y en el trabajo con productores locales, a resultado ser una frustración. El pan esta bueno, esta buenisimo!!! Lo que vemos es que la gente esta acostumbrada a los sabores industriales. En general, por que esto no les pasa a los jovenes....les pasa a los clientes mas mayores, que se supone han tenido experiencia en los sabores mas naturales de epocas pasadas.
Esto que ocurre con el pan, lo podemos trasladar a otros productos: la cerveza (tenemos cerveza local y artesana sin pasteurizar tambien), vinos (tenemos vinos ecologicos y de variedades diferentes a las normales), platos vegetarianos con productos frescos, en nuestra cocina sin gluten y sin añadidos industriales.....
La industria alimentaria a sabido hacer un tipo de productos hechos exclusivamente para gustar, lleven lo que lleven, da igual. Solo deben gustar a cualquier paladar. Y lo han conseguido, lo hacen muy bien. Tenemos un gran y poderoso competidor, que se ha cargado siglos de variedad y evolucion haciendo un coctel quimico de desconocidas proporciones y consecuencias para el mundo entero, la humanidad y demas especies animales y vegetales.
Aún asi no nos rendiremos, llevaremos la bandera de lo autentico hasta las cimas mas dificiles. Perderemos una batalla, pero no la guerra.

lunes, 29 de febrero de 2016

Las contradicciones en la cocina

A la hora de cocinar con cierta conciencia critica se entra en un mar de contradicciones inherentes al sistema en el que vives.

Trato de cocinar con producto local, ecologico, de desechar productos nocivos para el medio ambiente o para la salud humana o la sociedad, trato tambien de reciclar, de gastar el minimo de energia posible....
En fin, trato de no alimentar mas el sistema capitalista y al contrario, alimentar un sistema de produccion, distribucion y consumo mas justo, igualitario y sostenible.

Pero no es tan facil, nadie dijo que fuera facil. A la hora de llevarlo a cabo tiene mas dificultades de las que aparenta. El mercado esta lleno de productos nocivos, faciles de comprar y baratos, que te abaratan mucho los costes de produccion, y la gente esta acostumbrada ya a ellos, sin que noten que la calidad es mala. No solo eso, sino que en el reciclaje es una batalla perdida. Todos los productos estan envueltos en mil envolotorios diferentes que en una mañana ocupan tu espacio de trabajo de tal manera que te obligan a hacer lo que puedas para deshacerte de ellos. Luego vienen los proveedores a venderte multitud de productos industriales, precocinados, de cientos de marcas que lo que menos les improta muchas veces es la calidad (de hecho estos proveedores se podrían aplicar el cuento de tomarse su trabajo con mas responsabilidad etica, social y medioambiental....aunque hay excepciones afortunadamente). El consumo de agua y energia, es lo mas dificil, pues poco puedes decidir ahi, excepto el uso que hagas y la cantidad de aparatos que tengas....Al menos podemos elegir el proveedor de energia.

Asi que las contradicciones estan a la orden del dia. Esto no tiene que frenarnos, he visto a muchisima gente con conciencia critica arrodillarse frente a ellas y claudicar y abrazar el sistema como el Unico, demasiada. Las contradicciones estan para superarlas, siempre hay solucion, o casi siempre. A veces cuesta mas otras menos, pero debemos ir superandolas para ir avanzando en nuestras ideas y proyectos.

No es solo trabajo de los cocineros, los proveedores y los clientes tambien deben ayudar a superarlas, pero esto es otra historia, para otros articulos.

El poder de elegir

Soy cocinero, un simple y llano cocinero, en una cocina cualquiera en algun lugar del mundo. Me paso el dia cocinando para otros. Y ademas cocinando para mi y los mios. Consumo multitud de productos cada dia. Productos que elijo yo y compro a otros, que a su vez compran a otros...o a veces los producen, cosa cada vez mas rara.Cada acto de cocinar esta lleno de contradicciones, y de pensamientos. Podria simplemente cocinar, y punto. Como hace la gran mayoria de cocineros. Pero no, tengo la mania de pensar en lo que consumo y ofrezco a otra gente, y es una lucha moral constante. Antes era un trabajador, y simplemente podia elegir donde trabajar (mas o menos, si habia suerte), pero no podia decidir que consumir, que cocinar. Ahora tengo mi propia cocina: puedo elegir que consumir y que cocinar!!! Parece una tonteria, pero no lo es. Como he dicho antes, podría no pensar y dar cualquier cosa, pero teniendo esta oportunidad, me la voy a perder?
Poder elegir me da un poder que antes no tenia, desechar productos que considero negativos, y elegir otros que considero positivos, por las causas que sean.
Puedo elegir trabajar con productos industriales o puedo elegir trabajar con productos artesanales, con productos quimicos o con productos naturales, con productos traidos de miles de kilometros o con productos locales, con productos que no tienen ningun cuidado en su produccion hacia el medio ambiente o con productos de produccion ecologica, puedo elegir trabajar con lo que produce mi vecino o con lo que producen las maquinas de un pais extraño, o peor aun con el producto de la explotacion y esclavitud humana. Puedo elegir un monton de actos que antes simplemente, no podia...por que trabajaba para otros que se movian bajo la logica del mismo sistema que tambien desecho: el capitalismo, el gran depredador de nuestros recursos alimentarios, del gusto, de los sentidos y del sentido de humanidad